En todos estos años son muchos los comerciales con los que
he colaborado, competido o simplemente he visto en acción. Quedaría ahora de
cine exponeros que grandes lecciones he recibido pero no es así. No hay grandes
lecciones, hay pequeñas cosas, actitudes, como enfoca cada uno una situación,
como escapan los buenos de situaciones difíciles o como fracasan otros en las
cosas más simples.
Hubo un compañero que intentó ser
mi mentor, le dejé hacer. Como persona resultaba pesado en el corto espacio de
un café por lo que supuse sin dificultad que esa misma impresión tendrían de él
los clientes. Los compañeros compartían esa apreciación, me buscaba para
amargarme el desayuno. Inconscientemente empecé a preparar mis rutas la tarde
anterior y salir así directo sin pasar por la oficina. Esa práctica resultó muy
efectiva, me lo quité de encima y mis primeras visitas eran tan tempranas que
los clientes estaban frescos, receptivos y apostaron por mí. Acabé
agradeciéndole eternamente que me hubiese fastidiado tantos desayunos.
No tuvo opción para estropear el
café y tostada a más compañeros, otro de sus defectos ayudó a que le abrieran
de par en par las puertas de la empresa. Retrepado en la silla proclamaba a los
cuatro vientos que no había almacén entre Adra y Nerja que no conociese, le
bastaba un llamada para conseguir el pedido. Pensé al principio que los
clientes preferían una llamada a una visita suya y les comprendía. Al parecer
otros comerciales menos estrella pero más currantes resultaron más efectivos
que cualquier llamada suya.
Grabado a sangre y fuego tengo el
recuerdo de ese comercial, siempre que organizo un visita o en el transcurso de
un reunión procuro recordar como lo haría él, seguidamente hago todo lo contrario. Funciona
3 comentarios:
El agente comercial pesado es lo que más pueden odiar los clientes. Yo por mi experiencia, he comprobado que es así. Estando de visita, muchos clientes se han desahogado amargamente de determinados representantantes, los cuales le presionan de forma exagerada para hacer el pedido.
A la larga, este tipo de agente comercial desaparece, ya que los clientes optan por pasar los pedidos directamente a la fábrica. Entonces el jefe de zona se da cuenta que llegan más pedidos directos que los hechos por este tipo de representante, con la consiguiente llamada de atención y/o despido.
Y que pronto se les caza... les temo más que a una vara verde.
Enhorabuena por el blog y sigue contando lo que se te pase por la cabeza. En tu blog sólo mandas tú. Suerte
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